Autora: Beatriz C. Bravo El reloj del salón engulle velozmente las horas, como si quisiese atrapar todo el tiempo que re…
La 69
A pinceladas
Qué pena no poder dibujar el sabor de sus pechos, plasmar ese punto adictivo de sus aureolas y esa capacidad saciante de…
Profundo
Lunes. No sabe qué hace aquí. Con el corazón luchando por ubicarse en su garganta o en su sexo mientras intenta a cortas…
Palmera de huevo
Unos compañeros de trabajo me han invitado a merendar. Estamos en una cafetería llena de viejecitas comiendo pasteles de…
El misterio de la figurita
Estamos en casa de la abuela Petra. Hemos comido puchero, lechuga, queso; hemos abierto el primer melón del año, dulce y…
Macarena
Conocemos a Macarena desde los catorce años. Cada vez está más guapa. Marina y yo llevamos toda la noche mirándola, habl…
Las Siete Revueltas
Son las siete de la tarde y vengo del trabajo muerta de sueño. He estado despachando en la perfumería desde por la mañan…
Seducción interracial
A mi tita Reyes le encantan las plantas. Vive en una casita baja con toda la fachada cubierta de distintos tonos de verd…
Viernes por la mañana
Estoy en la parada de autobús con la mochila llena de libros. El instituto me pilla lejos. Son las ocho menos cuarto, te…
Mi mujer es enfermera
Llevo una semana con la pierna derecha partida en su hospital y a veces ha venido a verme a la habitación. No puedo move…