No hay verano sin competición futbolera. Sin acontecimiento deportivo en la televisión. Sin ver cómo el balón atraviesa …
Lo vamos a conseguir
Todos los temas de los que había pensado escribir son desgarros. Algunos protagonizados por la crueldad humana. Otros, p…
El restaurante
Se me escapó un tren a los diecisiete. Ha comentado ella mientras ponía más vino en las dos copas. No vamos a esperar a …
El cosmos
Todo va demasiado deprisa. La lista de cosas por hacer es más amplia que la lista de las cosas hechas. Siempre. A veces …
Escaparates y espejos
Hay una tienda de espejos en la esquina del café en el que paso casi todos los sábados. Siempre tengo que pedirle al cam…
El eyeliner y las llaves
En todos los portazos se olvidan cosas. Ella se había dejado el eyeliner y las llaves que abrían el buzón de las cartas.…
Berta
Aquel día en la consulta del ginecólogo, cuando supimos que serías niña, y luego Berta, algo por dentro me hizo crack. T…
Bajemos a la vida
Madrid. Otoño 2016. Paseo hacia la oficina. Usted ya me leerá en el enero de sofá, mantita y chimenea. El hashtag estrel…
Destrozos colaterales
Los veranos son para hacer destrozos. Elegir nuevos puertos. Tomarle el pulso al verbo apostar. Dejarse llevar por las m…
Nuestro último verano
Siempre se nos habían dado bien los veranos. A pesar de las hormigas en el armario de la cocina, del insoportable calor …